Lo irónico de todo eso es que es una situación inversamente proporcional, cuanto más mira el político a los EEUU, menos mira por su política. De siempre ha sido muy económico abrir la boca y hablar mal del vecino, sin hablar mal del propio. Miles de horas de discursos orquestados por señores como Fidel, Goebbels, Mao, Stalin, Mussolini y demás hombres indignos de la sala de partos y del desarrollo decidido por la Naturaleza.
Si sabes un poco de lengua castellana, inglesa, francesa, alemana, china o lo que sea y conoces ciertas normas gramaticales, puedes abrir la boca y decir lo primero que se te venga a la mente. Tan simple como eso. Puedes hacerlo con miles de oraciones, por lo que si tenemos un cerebro interesado podemos decir esta u otra conjunción de palabras para atacar a quien odiamos, ya sea por interés económico, político o por otra monserga.
En este caso, mi querido lector, voy a lanzar un alegato contra los EEUU para que te des cuenta de lo sencillo que es imitar a los grandes líderes. Adelante pues. Por cierto, esto es el primer tipo de patología conspirativa que vemos, el de echar la culpa a personas vivas o instituciones.
He de deciros que si estoy por acá es que tengo una cosa que comentaros. Tened paciencia, que es una larga historia. Bien, veo que estáis en vuestros sitios. Empecemos pues. Resulta que en el inicio de mi vida adulta, vivía en un buen piso con vistas al centro. Estaba solo y feliz. Tenía libertad total de horarios, así que miraba feliz a todo transeúnte vivo que hiciera buen uso de sus piernas. En mi trabajo me trataban bien y hasta las chicas me soltaban piropos. Una de ellas se convirtió en mi novia y posteriormente en mi esposa. Cuando estábamos casados, nos dimos cuenta de que el piso no daba para tanto y nos mudamos a uno más grande y caro. A partir de ese momento, lo perdí todo. La mujer era una espía secreta de la CIA, que no soportaba ver a la gente con felicidad absoluta, porque creía que no existía. Los piropos que me soltaban eran inteligentemente orquestados por compañeras de espionaje de mi supuesta mujer.
Oíd, compañeros. En donde otros ingenuos ven que la mujer no es buena gente, yo veo mucho más allá. Veo un plan inteligentemente orquestado por los Estados Unidos para causar inestabilidades sociales sin necesidad de ejércitos privados. Las mujeres nos están quitando nuestra plata, compadres. Ya hay bolsas de pobreza en algunos barrios de Buenos Aires. ¿Qué quiere decir? Pues que la CIA ya ha dado el primer puñetazo sobre la mesa. Quieren que nos peleemos, para que Latinoamérica no prevalezca. No debéis entender que son mujeres ineptas porque esto es lo que el poder quiere. Unos borregos manipulados que echan la culpa a sus propios errores. ¡No! ¡No seáis indolentes! No os caséis con la primera maciza que pase por ahí.
Algunos me dicen que no sea tan paranoico y que acepte la teoría de “sos un inepto con las féminas”. ¡Esto nos aboca al peligroso conformismo! ¡Nos arruinaría como país! ¡Luchen por la integridad de Argentina y posteriormente por la de Latinoamérica!
Hay una variante de esta patología, el enemigo muerto. Aún estando cadáver, le tememos. Un discurso de algún moro adaptado a los nuevos tiempos.
El Cid está muerto. Finado. Expiró. Pero no nos confiemos, su alma sigue presente en el mundo de los vivos. Hermanos, seguid luchando por Alá. Tenemos que recuperar las municiones valencianas que tan vilmente nos arrebató aquel infiel cristiano. Aquellas balas bendecidas por Alá ahora deben de tener un aura negra, puesto que han sido bendecidas por un dios pagano conocido como Jesucristo. Os animo a que le plantéis cara. ¡Al Andalus es nuestra!
Finalmente, tenemos la última variante. La que afecta a los objetos inanimados, porque nosotros también tenemos derecho a temer a alguien que no se puede mover por su propio pie. El ser humano es así de intelectual. Un ejemplo de ello lo tenemos en el discurso de Pedro, cuando temía por la integridad de sus microbios.
Tetera asesina, he aquí el enemigo que acabará con mi propio ser. Lo trae una anciana inconsciente. Piensa que es para su propio uso, pero debe pensar en el prójimo. ¿Acaso sabe ella que necesito de mis microbios para poder tener un ser propio? Necesitará una tetera, pero yo necesito mi ser. Irrelevante es el objeto, asesino conocido en potencia. Sé que 5 naciones quieren el objeto. No me quieren. Hago un llamamiento a los derechos humanos para acabar con la tetera. Siendo más sencillos, que alguien me haga el favor de ir a la casa de la vieja, coja la tetera y la tire. Habrá expirado. Estaré a salvo. El benefactor será recompensado con dos cajas de galletas. Corran, que la cosa ésa está montando un buen plan conspiratorio.
1 comentario:
Creo que este artículo es obra de una conspiración de la T.I.A. para acabar con los Estamos Juntitos de África Meridional... sin lugar a dudas. Además lo pone en la servilleta.
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