Las locuras del jardín inexistente, más información en su editorial preferida.

¡Nos han invadido!

Noticia de IMPACTO, nos hemos mudado a Wordpress. Si queréis seguir con CDE, Cerebro de Espuma II

25/12/07

Cantata de navidad de tres al cuarto. Nota: Nunca superó la prueba de frivolidad absoluta.

Viéndome, hallo en mi alma una metafórica llama. Me indica que debo regalar originalidad y plantar cara al poderoso monopolio de los villancicos. Y ahora cambio, la originalidad se viste de obrero, marcando músculos. Cae en la crítica.

Tráeme el regalo, sájame la tarjeta. Pero que sea un poco, dejando lo pocho para después. Que importa disfrutar del obsequio, las deudas que lo haga el banco.

Impórtome creer en leyendas del capital, el deseo carnal del materialismo. Escondo mis instintos más primitivos en una figura con barba y pinta de asaltar casas. ¡Partícipome en el deseo del consumo infinito, luces que me ciegan y me instan a dejarme sin blanca!

Reducido queda el consumidor inteligente, considérome por mi parte aguafiestas. Entre la demanda y las empresas le echamos de la rueda del capital. Le dejamos en la más mínima expresión. Eso sí, que todo sea paz y amor. ¡Reventador de fiestas, te deseamos feliz navidad!

¡Felices navidades, mis piratas del resto del año! ¡En paz estamos, que el 26 de diciembre os invito a un duelo de espadas! ¿Niño Jesús, el adalid de los pobres? ¡Bah, dadme mi iPod! ¡Y los otros caprichos! Mi conciencia pasará por un lavado intensivo. Que quede limpia, mi papito lindo Noel.

Enseña, ego. Enseña tu sonrisa de materialista al mundo. Rellena de sensaciones aterciopeladas los corazones de tus prójimos más próximos. Detrás. Regalo. Ábrelo. Haz una mueca de sorpresa. Da las gracias. Da la espalda y pon tu peor cara. Lo usarás el día que viene y ya. Las velas se encienden. Ego, únete conmigo. Comeré sin parar. ¡Pavo al canto! Híncame el diente, ave. Oh, no. Te he hincado el diente, lo siento.

Es Enero. La tempestad ha pasado. Todo esto me da igual. Curro, olvido el frenesí. A otro año, moño. La rutina navideña ataca cada año. Viene siempre como el Vengador Justiciero.

No hay comentarios: