esperpento: Hecho grotesco o desatinado.
Palabras sabias que corren a la subjetividad de la persona para describir una obra. Una de ellas se zambulle pero no encuentra motivos para relatar semejante obra, por lo que pide a la Objetividad que le dé cobijo en sus páginas.
Otra visión, más antropomórfica, es la de un animal político –según la visión de Aristóteles- que camina a dos patas y se dirige a un lugar conocido como filmoteca. Busca una película extraña y culta. Ya dentro del sitio, el hombre oye un ruido extraño. Le resulta curioso, por lo que se acerca a la fuente. El sonido se materializa y entonces se convierte en uno de los mayores misterios del humano.
Un mensaje ese ruido envía. Osamentas no se forman, como en los libros best-seller –ahí hemos de decir que el autor se refiere a libros de fantasía barata, no sé-. Se convierte en un mísero DVD. Señores –dioses para el protagonista, pero son los autores de esta farsa- retiran el montaje que había hecho de esta escena espectacular. Hombrecito coge película, grita de ¿alegría? –desconocemos sus sentimientos verdaderos, el montaje los falsea- y la prueba en el pequeño cine que hay en la filmoteca –conviene probar todos los truños del mundo-. Misteriosamente, muere por lo que hay un nuevo misterio a resolver. ¿Crimen cinematográfico? Dejémoslo, que no hay tiempo de sacar a los detectives de la caja de juguetes.
Hablemos sobre el montaje de la película, tras historias sobre fallecimientos y palabras. Nuestro héroe está embutido en un traje que le favorece mucho. Seguramente robado de una tienda de raperos. Vuela colgado de una soga –por la cintura, no me entiendan mal. Una cosa es el deseo expreso y otra la objetividad-. Su escenario es holográfico –el cine turco ha superado a Hollywood en tecnología-. Hombres ven al protagonista de los calzoncillos y empuñan sus armas. Las balas no existen –armerías prohibidas en Turquía-, por lo que Superman camina, ve de forma maniquea a sus enemigos y sabe lo que ha de hacer –una caricia cariñosa-. Caen como moscas, con la misma vivacidad que antes. Humillados en el celuloide, los villanos se van a su casa con sacos de monedas.
Cruel fin,
analizada
ha sido la
cosa inmunda.
Seriedad poca
alegría puerca
todo el pescado
vendido está
Si quiere seriedad y linealidad absoluta, váyase. Esta reseña es extraña. Dicho sea, apta no es para quien quiera situarse en el medio. Medio conocido en el mundo como la normalidad.
4 comentarios:
Tu problema es que te lo tomas en serio. No es más que una bizarrada que da risa porque pretende ser seria y es un churro.
Benditos objetivos secundarios, sirven para ver la película de maneras diferentes -aunque subjetivamente, ya que objetivamente pasarán los mismos minutos-. Quien entre a degüello, será igual de humano que quien la alabe. Todos iguales, nos cortamos las uñas. ¿Hay que reírse con el churro? Vale, lo reconozco. Me reí con él. Luego me lo comí. Con chocolate sabe bien -recordemos aquel Paladín-.
xD genial, yo no tuve tiempo para analizarlo cuando lo colgue por actuaciones y quemada familiar, te agradezco enormemente aportar algo más xD a mi me basto con darlo a conocer a la humanidad, genial ;)
Se agradece tu comentario, BVRN. Este vídeo me conminó a hacer un comentario. Increíble que un objeto inmaterial que se mueve por cuadros me pueda amenazar con una pistola, ¿no?
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