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29/11/07

Desgloses innecesarios de relatos.

A modo de ejemplo, podemos usar la siguiente historia, que todo ser vivo entiende (o casi), para desglosar sus diversos elementos y darles vida propia, complicando aún más el texto. También sirve para aportar nuevas visiones sobre el texto. E incluso desvirtuarlo. Usar el desglose es como usar un cuchillo jamonero, muy útil pero también muy peligroso. Al fin y al cabo, corremos el riesgo de la perversión total del texto. Que mueran las explicaciones, aplausos para ellas. Adelante con la historia pues.

Un niño entra a una tienda de golosinas para adquirir una chuchería. Al cabo de poco tiempo, dos bandidos altos y fornidos entran en la tienda y atracan al dueño con una pistola. Dicen: “El dinero o la vida”. Ladrones mandan y atracado calla. Malhechores obtienen lucro, el púber está asustado y el propietario, medio arruinado. El infante escapa.

Dividamos sus diversos elementos:

Niño: En realidad es el mayor pacificador del estado, lo que ocurre es que, debido a su enanismo, puede aprovechar para actuar como niño en esta poco prodigiosa historia. Además, no hay nada más que comentar sobre el chico. Que siga pacificando, que necesitamos parar esta escalada de violencia en Beirut.

Tienda de golosinas: Una marisquería con los productos menos frescos del país, reformada para la ocasión. Bien, ahora el alma de una gamba pardilla se encuentra en esa gominola tan maja. En la historia, nadie se entera de su terrible realidad. Sólo se limitan a obtener bienes. Deben de ser los únicos que olvidan la terrible historia acontecida en 1997, donde una langosta se volvió humana 13 segundos antes de su matanza. Sin embargo, siguió siendo langosta y por lo tanto acabó en las fauces de algún humano.

Chuchería: Le habría encantado ser dios y poder planear sobre el mundo conocido. Pero no pudo ser, tuvo que resignarse con su alma de dulce y un poco del alma de algún bogavante, que en su anterior vida nadaba por el Mediterráneo. En su cerebro, si es que existía, le grabaron a fuego que tenía que ser parte de esta farsa. Sin embargo, ¿conocemos sus verdaderos sentimientos? A juzgar por su actitud, podríamos decir que no se siente en su salsa.

Tiempo: No podía soportar ver cómo le empleaban para un propósito que estaba fuera de sus cabales, dejar pasar a crímenes. Suerte de que tiene fortaleza mental, que sino cogería una depresión. O en realidad, no le importa nada.

Bandidos: Pobres mendigos, a los que el capitalismo les condenó. Fueron metidos en esta rueda económica. ¿Cuánto dinero habrán ganado a costa de ellos? Su lucro, el dinero de la caja, en realidad es un bien inmaterial. Nunca existió. Además se les asignó para una función delictiva, para la cual no están preparados. Si alguien les ve, que lance una moneda, por lo menos. ¡Por dios, no! ¡Al asfalto, no!

Pistola: Un simple objeto material que viajó miles de kilómetros, desde China, para asustar a alguien. ¡De fogueo era, ésa es la triste realidad! Seguro que ella no tiene que pensar en desórdenes morales ni complejos problemas éticos. Es una mandada.

El dinero o la vida: Simple uso del lenguaje para obtener lucro, esta frase se encontró con un nuevo entorno. Estaba a su salsa dentro del lenguaje del cómic. Pero no se sintió cómoda con el ambiente de la noticia, la realidad era demasiado para ella. Murió a los 7.123 años, tras un lento proceso de descongelación.

Relación amo-siervo: Impasible como siempre, añadió una nueva página a su glorioso historial, la relación entre el tendero y los bandidos. Mina de oro para los historiadores, se prestó a la crónica cual prostituta.

Crónica general de los sentimientos de los personajes: Uno de los elementos más decisivos para terminar una buena historia. No le pasó nada, ya que se sentía cómodo en su lenguaje, el literario. Aunque esta crónica corre el riesgo de trascender la fantasía para acabar siendo una noticia de periódico serio.

Miedo: Inyectado en el niño, de manera forzada, este sentimiento sirve para chapar la historia con un sello ardiendo. Le preguntamos cuál fue su reacción. No dijo nada, por lo que aún hoy en día es muy difícil saber su opinión. Se encierra en su mundo, pero tiene gran protagonismo en el mundo que conocemos como real.

Después del poco extraordinario desglose que he realizado, puedo concluir que esta historia se ha escrito para causar pavor en el pueblo. Así no se fijan en sus verdaderos problemas. Muy bien, podemos decir que todo el relato está manipulado. Nada de esto ocurrió en la realidad, pero podemos dudar y pensar en que ha salido de la fantasía para pasar a ser un caso delictivo más en los archivos de la policía.

Sin embargo, le dejo a usted creer. ¿Pastilla roja o azul? Recuerde que la roja sirve para ver la realidad y la azul, para quedarse dormido en sus vicios irreales.

2 comentarios:

JumaX9 dijo...

Y... si el atracado calló... ¿Como supieron los ladrones que ofrecía su bolsa? ¿Y si era mudo pero quería ofrecer su vida? ¿Y qué pasa con la bolsa, no se podía negar a irse con ese "manos sucias"?

Muchas incógnitas quedan en esta caja de cerillas... vaya... ardió...

McManus dijo...

Yeah, la historia da para mucho.
Gesto: Guió a los ladrones y condenó al atracado. Ahora tendrá un punto menos de karma por ayudar al Mal.