El Ser, el único gran vivo, se aburría. Dejó ejercer a su cerebro, que controlaba al ego. Éste se dividió en dos e inició una discusión. Parte una moneda en dos y tendrás la misma cara, a medias. Sólo que una muestra el perfil y otra, la nuca.
Medio Ego 1: Te digo que Agamenón jugaba al fútbol americano.
Medio Ego 2: ¡Estás mal documentado! Busca en Internet y verás que Agamenón era rey de Grecia.
MG 1: ¿Y qué pasa con el hermano bastardo?
MG 2: No existen pruebas de ello. No puedes opinar así, porque sí.
MG 1: ¡Ay, cambiemos de tema! ¿Qué tal va tu fulana?
MG 2: ¡Ay, cómo te rindes! ¿No es la tuya?
MG 1: La mía es la moneda. Es muy preciosa.
MG 2: ¡Anda, como la mía! ¿Y cómo te va en los estudios?
MG 1: Regularcillo, tirando a bien. Saqué un 6,2 en un examen de lingüística aplicada.
MG 2: ¡Yo igual! Estoy sospechando algo.
MG 1: Sí, no me huele bien… creo que era tema de egos.
MG 2: ¡Egos! ¡No vas mal! Creo que somos la misma persona.
MG 1: Puede ser.
MG 2: ¿Y ese intento de diferenciación que has realizado al principio? Fue un poco desconcertante.
MG 1: ¡Ah! Es que me apetecía soltar perlas. Lo hago por joder.
MG 2: A veces actúo así. ¡Si es que somos la misma persona!
MG 1: Me has descubierto. Volvamos a ser lo que fuimos en un pasado glorioso, cuando los impuestos aún andaban por debajo del 20% del salario anual del ciudadano medio.
Así fue. Se fusionaron.
Ego: Adiós. Dejemos que el Ser se divierta.
Y el Ser encontró la diversión. No sabemos cómo, pero se levantó del sofá y salió pitando. A conocer un mundo mejor.
Historia cerrada, cambio de narración para ver lo que le pasó al Ser.
El Ser bajaba a la calle. Saltaba de alegría, cuando se encontró con algo cayendo del cielo. Se quedó paralizado ante el objeto, que se acercaba al suelo. A menos de 100 metros, se convirtió en una bomba H. Estalló. El ser desapareció en pleno epicentro de la explosión. No opuso resistencia al enorme candor que desprendía el estallido. Simplemente no podía, se había quedado imponente. Hay veces en las que ciertos eventos nos superan.
Giro de la trama. Nada que contar. Fin.
Las locuras del jardín inexistente, más información en su editorial preferida.
¡Nos han invadido!
Noticia de IMPACTO, nos hemos mudado a Wordpress. Si queréis seguir con CDE, Cerebro de Espuma II
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