Lo sé, esta idea es gilipollesca. Pero había que dejar algo para el blog tras días con la mente en blanco por exámenes, rastros de piel muerta e investigando crímenes de salchichas. Bueno, al lío. El título ha hablado. Dicta sentencia, tengo que poner algo relacionado con el tema cenital.
Estaba viendo una de las mejores películas que se han hecho en el cine, "El Padrino", disfrutando de su trama. Mi cabeza no tenía sospechas de la idea que iba a desarrollar, porque estaba absorbiendo con dificultad las relaciones entre los Corleone y las demás familias. Pero cuando la película estuvo más que terminada, la idea surgió. Se la comenté a un allegado mío, que me tachó de loco. Quizás tuviera razón. Bueno, ¿cómo empezar? Es simplemente una conjunción de frases mezclada. Al lío, compongamos todo esto. Por el Orden Unido.
Tu hijo está observando los dibujos de Telecinco. Como padre inconsciente, preparas el desayuno y te pones a leer el periódico del día para saber qué nueva violación de los derechos humanos ha cometido Mangolele. Pasan los minutos y de repente sale en la televisión la imagen de Don Vito Corleone. Evocas viejos tiempos, en donde eras cinéfilo, y disfrutabas de lo lindo con el cine de culto. El vástago está absorto ante la enorme pantalla, que empieza a soltar cultura, que es lo que entendemos por letras, con una perla gratificante, "El Padrino: Dibujos Animados".
Te quedas con estupor ante la idea. Lo que ves a continuación provoca que huyas de casa, sin que el hijo lo note. En efecto, Vito Corleone, el Don de la Mafia, regala a sus sobrinos una piruleta para que vuelvan a casa felices. Entonces, llegan unos adultos que se comportan mal y destruyen el jarrón del Don, sin comentar el motivo. ¡Muy bien, hay que ser maniqueos cueste lo que cueste! Nuestro querido caballero larga cuatro tonterías a los malhechores. Les dice que no sean tan malos, que pueden disfrutar del cielo y de la hierba.
Los no-buenos oponen resistencia y dan palos al Don. Éste se ve obligado a responder. Choca las cabezas de los enemigos y les deja un mensaje. En otra escena, los dos hijos de Vito Corleone conocen la escuela. Y corrigen a la maestra asustadiza, que se equivocó al sumar 2+1. Están de buen rollo, no sé cómo. El tiempo es instantáneo en esta serie, eso explica que a los dos segundos el padre vaya a recoger a sus vástagos de la escuela. Estos últimos se chocan la mano por el gran día que han hecho.
La vida en familia va bien. Sin embargo, las otras Familias, representadas por sus capos, llaman a la puerta del Don, para decirles que van a destruir el mundo. Él se preocupa por el pesar y les dice que si desmenuzan nuestro planeta, no podrán vivir. Entonces, los capos se dan cuenta de la evidencia. Y traman entre ellos una idea positiva, que gusta al Corleone.
La idea es llevada a cabo. Pasean juntos por el bosque, felices. Y la serie termina enseñando las espaldas de los cinco capos, que están cogidos de las manos y saltan. Y el vacío aparece, con un sombrío "The End".
Volviendo a la vida real, el padre sufre congoja metafísica. Pasemos a la segunda persona. ¿Por qué lloras en este árbol? Bueno, te dejo. Tu hijo sigue absorto ante la tele, por cierto.
Las locuras del jardín inexistente, más información en su editorial preferida.
¡Nos han invadido!
Noticia de IMPACTO, nos hemos mudado a Wordpress. Si queréis seguir con CDE, Cerebro de Espuma II
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2 comentarios:
Aclaro que no hay ningún dibujito animado con pistolas obligándome a comentar =o
¿Y si existieran?
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