Habíamos oído de suicidios en seres humanos, pero he de decir que hoy en día se escucha en radios de media Polinesia una novedad: el suicidio empresarial. Me quedé sorprendido cuando escuché el término, no me esperaba esto del reportero Arteides (o mejor debería decir loro, porque lo único que hace es mencionar tal y cual noticias que recoge de Internet. No sé cómo consiguió la autorización para trabajar en la radio, supongo que compró un título, práctica por desgracia frecuente aquí. Nuestro gobierno presume de tener muchísimo trabajo a alto nivel, pero está engañando descaradamente al extranjero porque en realidad sigue permitiendo de forma indiscriminada la compra de títulos universitarios. Mierda, ¿qué cuento? ¿El mal uso de un término o las miserias de mi país?).
Bueno, dejándome de rollos recuerdo que el sr. Arteides mencionó lo siguiente: "Suicidio de empresas, un nuevo fenómeno". No especificó en profundidad el término, y se tuvo que inventar una historia que la recuerdo así: "Bueno, ya que ha llegado a mi prodigioso cerebro esta palabra, les tengo que contar una historia que es verídica y me la sé de memoria: "Un empleado escribió en secreto un mensaje que decía: 'Tenemos cena con pollo al Ast. Costará 320 euros, el 1/20 del valor de la empresa. Firmado, Eulogio.' y lo ató a la pata del canario oficial de la empresa, que fue liberado de un largo cautiverio de 2 años con el salón perfumado de la oficina. Resultó que el canario fue a parar a la oficina central de la empresa rival, que tenía mucho más dinero, y estaba en plena reunión. El canario alteró la cháchara de la reunión, pero el jefe no le ignoró, ya que traía un mensaje que tal vez tuviera relevancia. Lo leyó y pudo detectar de qué empresa se trataba por el papel, que tenía en una esquina la marca de la empresa. Entonces llamaron a esa empresa para asistir a la cena mientras planificaban una poderosa operación de compra con su plena potencia económica (un valor 400 veces superior al de la empresa de la cena del pollo). La cena fue bien, pero al día siguiente todo fue desmantelado. Y el "perpetrador del crimen" confesó que envió esta carta aposta porque quería un suicidio espiritual, emocional y laboral. Además de empresarial. Ésta fue la cita con más metas incumplidas, porque resultó que sólo se produjo el suicidio empresarial.".
He de confesar que por un momento sentí admiración, tanta admiración que recordé a mis adorados juglares de la edad media, que contaban historias con tal precisión memorística que los llegué a amar. Pero en cuanto se le escapó este comentario aún estando en directo: "Ja, ja, ja, ja, qué bien viene este papel para engañar al populacho. Así creerán que soy un juglar experto", aticé un puñetazo de tal potencia que dejó la radio para el arrastre. Bah, qué más importa. La compañía eléctrica se enfurecerá, ya que a partir de ahora verá unos euros menos. Debido a mi escepticismo criado desde los 18 años, me cuestioné la veracidad de la historia, por eso encendí mi ordenador para buscar en "Google" la historia. Descubrí que había una historia original, pero muy manipulada. La original hablaba de un empresario que confesó por accidente vía papel el valor de la empresa, y fue despedido por tal error. No se trataba de ningún suicidio empresarial, sino una metedura de pata clarísima. Está claro que Arteides manipuló en muchos puntos la versión oficial y se meó en la verdad, como hace a menudo.
Con el término "suicidio empresarial" puesto en mi mente y con mis limitados conocimientos de economía, me monté unas teorías que quizás sean discutibles en cuanto a validez. Bueno, se las presentaré: "El suicidio empresarial es un término que cayó en mis manos. Como tal, debo de diseccionar el término para que no suene como algo bonito sin más, vacío de contenido. En pocas palabras es cuando una empresa comete malas políticas a propósito con el objetivo de arruinarse y por lo consiguiente desaparecer. Pero no nos limitemos a lo que he tecleado, pongamos ejemplos para que nos entendamos más. Debo conectar con el lector, así que por ahí va el primer ejemplo: Una empresa sube los precios de 1.2 dólares a 700. La demanda cae de forma brusca, y al ver muy poco dinero, supongamos que sólo recibe 8 artículos en vez de los 100.000 que recibe de promedio con el precio a 1.2 dólares. Eso supone un beneficio de 5.600 dólares en vez de los 120.000 dólares de media. Como los costes de fabricación son de 1 dólar, y como esta empresa piensa que aún sigue con la vieja demanda, sus costes de fabricación eclipsan al beneficio. Eso supone estar en números rojos, y como supongamos que esto es una economía liberalista y no tiene subvenciones, desaparece o es comprada, pero de esto último es mucho más difícil que ocurra. También supone el suicidio destapar todos los secretos de la empresa, si se hace sin trampa ni cartón tal vez la gente se queje y haga un boicot tan severo. Por algo pienso que empresas como Shell o McDonalds se guardan mucho de destapar sus verdades. Manipulan con este propósito, no son tontas. Por último, y con mis limitaciones, podemos decir que un tercer caso de suicidio empresarial es cuando la empresa ofrece sus productos gratis. La demanda sube como la espuma, pero al sobrepasar los costes de producción a los beneficios, la empresa muere de "tontuna".". En mi más sincera opinión pienso que quizás el texto contenga errores e inexactitudes, pero ya les avisé de mis nada prodigiosos conocimientos económicos. Si quieren algo, lean a autores como Adam Smith, Stuart Mill o John Keynes. Pero no se crean todo, ya que muchos de sus postulados ya no son tan válidos y si se los creen, ya les he avisado. Corren el riesgo de irse a una isla desierta cercana, y montar una sociedad con estos postulados. Si la mentalidad de la gente no casa, sus intentos de imponer sus postulados fracasarán y quizás ustedes se amolden a ideas aborígenes.
Por cierto, aún estoy esperando que Arteides explique el cheque de 5 € que recibió del gobierno, porque eso explicaría muchas cosas. Como la noticia en la que dijo que el Presidente tenía un perro normal, cuando yo mismo pude presenciar que tenía un perro verde.
Las locuras del jardín inexistente, más información en su editorial preferida.
¡Nos han invadido!
Noticia de IMPACTO, nos hemos mudado a Wordpress. Si queréis seguir con CDE, Cerebro de Espuma II
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2 comentarios:
uhm... estoy falto de imaginación... bueno... que sepas que el perro es verde porque sólo tenía rotuladores de ese color. Pero no deja de ser normal, no lo discrimines.
Es una historia que compré al tendero. Amablemente, me permitió publicarla. Resulta que excavando en mi mente, descubrí que es de mi puño y letra y que la hice hace 3 meses. Sí, el perro estaba pintado sólo para hacer distinciones. Ciao.
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