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30/9/07

Memes memos.

Ya tenía ganas de publicar algo más cercano a la realidad aquí. Debo variar. Gracias a un artículo de JR Mora, que me lo tragué con gusto, he tenido una idea. Como el señor JR Mora y yo coincidimos en este tema, pues me pongo al lío. Allá vamos, ¡cinismo al máximo!

En la cutrez de las modas, al albor de unas palabras que han trascendido la transparencia de Internet, han surgido los memes. Una idea que han adoptado muchos blogs sin ton ni son que son DIOS. En un principio, como dice la Biblia, todo era la Nada. Al séptimo día, los elementos básicos ya estaban creados. El escritor, los textos, el ordenador, los servidores, Internet y las bitácoras. El Ser Humano descansó. La figura del escritor lo explotó todo... ¿Todo? ¡Dudemos! Entonces surgieron los memes. La reacción inicial fue la curiosidad y el asombro. Esta idea fue bien recibida entre los propietarios de bitácoras. Como toda buena idea, ella fue seguida por la mayoría. Gracias al candor humano, se alimentó. Se volvió más grande. Medía 190 megabytes de altura al cabo de dos meses. No dejó de crecer. Algunos hombres se divorciaron de los memes, por lo que las cadenas empezaban a romperse.

Aquel desacuerdo no podía hacer mucho daño a los memes. Ahora están de moda y parecen resistir toda clase de daño. ¿Se hundirán?

Desde mis placenteras trincheras de la Red, tiraré una granada de cinismo. En resumen, empezaré un meme.

Absurdo, absurdo. ¿Qué es lo que hay que hacer para poder ser el más absurdo de la historia?

1. Come una catedral. La gran minoría sabe que las catedrales pueden ser comidas libremente y gracias al liberalismo esta acción está totalmente permitida. Recomiendo sal, más sal, menos sal, mucha menos sal y mucho, mucho, mucho, mucho más azúcar. Pero no me responsabilizo del estado de los dientes ajenos. La situación económica de los dentistas no debe ser preocupación mía, como dice el Libro Sagrado del Liberalismo, aún por determinar. También aconsejo estar auspiciado por un mafioso. Mejor si es italiano. Quizás su actuación sea grabada por los Monty Python. ¡Dios, mi máquina de tiempo está estropeada! Hablaba de que puede ser grabado en YouTube. Perdón. Fin

2. Libera a un ladrillo. Los opresores son los empresarios. Las víctimas, cualquiera. Los medios audiovisuales te han enseñado a sentir pena por cualquier desinteresado, ¿no? ¡Chaval, es tu oportunidad! Sal por la puerta de madera de tu casa teniendo en mente el hecho de liberar a un ladrillo. El proceso es sencillo. Lo ves, te agachas y lo coges. Finge tener una cara triste. Camina un poco. Por último, podrás tirar el ladrillo bien lejos. Si tienes puntería, consigues que el Estado se ahorre unos euros en pensiones. Y serás la alegría de las funerarias. El ladrillo estará libre de toda opresión, aunque con la Probabilidad Finita se habrá roto.

3. Cruza una calle. ¿Por qué hacerlo? Porque nos lo mandan nuestros padres. Escucha y calla. Sal a la calle. En un proceso continuo, pilla el semáforo. Aconsejo que el de peatones esté en verde para no volar cual Superman gracias a la inercia de algún coche que sólo estaba para cumplir las normas. Camina, camina. ¿Que no quieres? Echa gas a tus patas, ¡maldito! Cruza los dedos. Sigue adelante. En cuanto estés en la acera, salta de alegría. Has conseguido tu objetivo. Pero no seas vago y anda.

En fin. Una lista detallada de lo que ha ocurrido:
-He sido cínico.
-He escrito otro meme.

Y ahora que viaje el meme a cualquier blog. Da igual la monta que tenga. Lo que importa es que el meme viaje tirado por carretas de bytes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se me ocurren muchas formas de continuar este meme de memes, amigo. En esta vida sólo hay dos cosas que me sobran: grasa corporal e ideas de bombero. Como la primera no es susceptible de ser compartida, decidí hacerme blogger para compartir la segunda.

En cuanto recupere mis horas de sueño atrasado, le seguiré el juego. Por joder, más que nada.