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8/9/07

Confesiones de un mártir religioso moderno.

De dobles va este artículo. Quien crea que sólo McManus dejó esto, ¡castigado al pasillo!


Abro mi casa al mundo, y debajo del muñeco de Son Goku que tengo pongo un mensaje titulado: "Alabado sea San Goku. Gracias por tu presencia eterna en el Cielo de los Dioses". Dirán que estoy loco de remate y tendrán en cuenta mi número de manicomio. Sigamos adelante, propongo unos nuevos mandamientos que sean:

  1. El muñeco está por encima de todos los mortales

  2. El muñeco te dice que no te masturbes ni cometas actos impuros. Invierte el semen en criar hijos y te recompensará si sólo haces actos puros.

  3. El muñeco te dice que no cometas los siete pecados capitales. Si le ignoras, sufrirás para siempre.

  4. El muñeco te dice que siempre le hagas caso. Obédecele, no presentes oposición.

  5. El muñeco te castigará eternamente si giras tu cabeza e intentas acallar su voz. Deja que circule libremente por ti.

  6. El muñeco te dice que no mates a los que son de tu categoría. A los otros que son diferentes de ti, te insta a que los mates por su bien y el de todos.

  7. El muñeco te dice que no tendrás relaciones homosexuales, o sufrirás las siete plagas, todas a la vez.

  8. El muñeco te dice que odies a todo gobierno basado en el dinero, pues todo capital está reservado para él.

  9. El muñeco te dice que sólo te cases con una esposa. Cualquiera muestra como el divorcio está penada con el castigo del fuego eterno.

  10. Perjurarás lealtad al muñeco mientras éste se tira a tu madre. No mentirás, porque Él te vigila.


Con toda razón, muchos me dirán que tengo unas ideas horrorosas y que debería ser denunciado ante la justicia por numerosas leyes que ellos creen que infrigiría. A estas alturas, ya deben de haber tanteado todos los manicomios de la ciudad. Ingenuos. Ya empiezo a estar en las listas de los mayores enemigos públicos de la ciudad y si me ponen en la televisión lo hacen como un terrorista y un fanático, marcado, con el signo del dólar, de por vida. Imaginad que no desisto aunque me pongan estos calificativos, y llevo el asunto más allá, hasta que logre meter el dedo en el culo de cada uno de vosotros y, por supuesto, el Gobierno. Me refiero a joder con la verdad. Empiezo a adoctrinar mis ideas del muñeco a los niños al salir del colegio, con su inocencia infantil. Les repito una y otra vez mi cantinela del muñeco, hasta que los niños asuman su lección y yo les haya dejado su cerebro bastante lavadito con lejía incluida. Es cierto que a veces me dan una patada en la espinilla y huyen, pero yo los persigo hasta la comisaría más cercana. Entonces tengo que escabullirme y huir de los tiros de los policías. Gajes del oficio.

Veamos, ahora necesito algo más. Tengo a los niños lavados del ala, pero quiero facilitar la burocracia para sumar a más miembros. Pongamos que hago rituales para entrar en el credo (o secta para una persona normal y corriente que vea esto), como dedicar una oración de 54 letras al muñeco. Yo les dedico un tiempo a adoctrinarles, y si sale bien su oración, pues ya pueden ser miembros del credo. Pero luego me doy cuenta de que aún tengo problemas con la admisión. No entran tantos como yo quería, algunos se escapan por el desagüe, por lo que pienso que sería más fácil el bautismo. Lo adopto, y todo bien, va sobre ruedas. Todos se convierten en mis hijos. No obstante, aún queda el problema de la apostasía, ya que hay niños que empiezan a pensar por sí mismos y pueden quejarse a sus padres, dándome mala imagen. Ok, no puedo evitar eso. No en vano, hay una forma de hacer mucho más difícil la apostasía y convertirla en farragosa burocracia. Las quejas siguen aunque ya puedo decir que mi religión tiene muchos adeptos, gracias a esta trampa.

Ahora extendo mi forma de adoctrinar para convencer a los nuevos creyentes y no tan nuevos de que los niños son un pedazo del alma del Muñeco. Como siempre, voy por el metro repartiendo la propaganda del credo, con ilusiones sobre nuevos adeptos. En este punto debo confesar lo difícil que resulta mi trabajo, y lo triste que está mi madre por no haber seguido con la carrera de medicina general. Lo siento, mamá, debo expresar al mundo la Verdad, y llevarla a cada uno de los hogares de este país. La verdad suele ser muy dura muchas veces, y pocos la aceptan y veneran. Aquellos que no lo hacen sufren ataques epilépticos en el codo diestro. Bueno, un buen remedio es meterse en política.

Ahora hablaré del Credo y su organización.

¿Alguien sabe realmente que todos los inicios son difíciles? Por ahora, yo soy el pastor. Aunque antes tuve que robarle la ropa y el cayado a uno verdadero. Y para poder dar a mis fieles una alcurnia digna de su altura, les disfrazo de ovejas. ¡No veas la de protestas que tuve al principio! ¡Pero sé amansar! ¡Y si sabes elegir las palabras correctas para ello, hasta puedes ir con ellos al campo! ¡A disfrutar de la vida!

Un sabio dijo una vez: "¿Dónde está el chiste?" De ahí podemos sacar que la vida no tiene gracia, pero en mi credo enseño a disfrutar del chiste de la muerte, siguiendo al Muñeco. Si hasta en mis iglesias he habilitado un simpático hoyito. Oigo un dulce sonido cada vez que se acercan las procesiones. ¡Ah... esos esqueletos chocando contra otros! Actualmente tengo ingresos comparables a los de una gran empresa. Pero sabed que el dinero no me importa, sólo quiero que se extienda la Verdad. Sí, sí, puedo comprarme un coche nuevo cada mes, pero eso no es nada con el sufrimiento que padezco cuando veo a uno de mis eclesiásticos triste e ignorante. Además, no podéis decir que no soy un santo. Comparto un jugoso porcentaje de mis ingresos con los seguidores del Muñeco. No me dirás que no están contentos. Mírales las caras.

¿Futuro del credo?

El futuro de mi iglesia está fuertemente ligada al futuro de la humanidad. Estamos preparando campañas para difundir la Verdad por las grandes ciudades. Me recordaréis como el Jesús del futuro. ¡Empezaré a grabar mi nombre en una piedra cualquiera de un parque cualquiera! ¡Y cogeré a ingenuos para que hagan un libraco conmigo que represente lo máximo del credo!

Realmente, la religión ha convencido a la gente de que hay un hombre invisible -que vive en el cielo- que observa todo lo que haces, cada minuto de cada día. Y el hombre invisible tiene una lista especial de diez cosas que Él no quiere que hagas. Y si tú haces cualquiera de esas diez cosas, Él tiene un lugar especial, lleno de fuego, de humo, de tortura y de angustia, donde te enviará a vivir y a sufrir, a quemarte y a asfixiarte, a chillar y a llorar para siempre jamás, hasta el final de los tiempos. ¡Pero Él te ama!

George Carlin, actor cómico estadounidense.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la figura de Son Goku nos sinspira a todos. Rectitud, fortaleza, inocencia e idiotez son los valores que deben guiarnos.

Cuidado, el inevitable éxito de tu empresa acabará en una carnicería con la iglesia católica, que se negará a abanonar el puesto que ostenta, a pesar de haber sido claramente desbancada.

McManus dijo...

¡Meow! Tenemos sicarios ¡Meow!

Daniel dijo...

Si mal no recuerdo, la cienciologia empezo cuando un tipo le aposto a otro que podia fundar una nueva religion. Con un poco de labia y parafernalia se puede hacer cualquier cosa.