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7/2/08

Cronología de los esqueletos móviles


Cuidado, niño. Debes jugar a mi juego

Mientras los Estados Unidos se bebían la poción mágica de turno para obtener poderes tales como un aumento exponencial de las monedas en un lejano almacén, un empresario peleaba por ser la gota más grande de aquel líquido. Más allá de metáforas, caminaba por las oficinas regalando inspiración barata y soltando ideas víricas allá donde pasaba con su taza plástica de café.

1993, la reunión

“Perdone, he llegado dos segundos tarde”. Eso da una idea de lo meticulosa que era la empresa con los horarios. En efecto, nuestro empleado llegaba a una reunión sobre ideas para un futuro juego. Como iba destinado a ser genio, todo el mundo se paró para escucharle.

“Ahora Shaquille O’Neal es una figura cotizada en los EEUU. Los jóvenes ven muchas películas de artes marciales y por eso se ha puesto de moda. Mezclemos las dos cosas. Nos saldrá un juego de kung-fu llamado “Shaq Fu”. Como vamos a usar a una figura conocida, el éxito sólo puede ser nuestro”. Aplausos se oyeron. “Es una idea para caerse de espaldas”, afirmó Nelson Muntz, ex-gamberro convertido a directivo de empresa. “Diga al equipo de programación de Delphine Software lo del nuevo proyecto. Arrancaremos en dos días”, afirmó Marciano Rover, conserje de EA -adquirió poderes para la ocasión-.

1994, el lanzamiento

“Soy Chora-Kun”, ese momento se recordará en EA. Nuestro empresario destapó su nombre en una conferencia que reunió a 125 empleados. Luego se fue por la puerta de atrás. Le habían comunicado al oído que Shaq Fu estaba ya en las fábricas. Se había terminado el desarrollo, muy equitativo. Cada empleado disfrutó de 120 horas totales de sol, teniendo la misma cifra para desarrollar el juego. Extrañamente, simulaban que eran productivos frente al ordenador. El pensamiento generalizado era “Vamos a escribirnos e-mails. Así simulamos enorme productividad”. En otro acto, Nelson Muntz destrozó cristales aplaudiendo a los valientes programadores, que supieron combinar diversión con proyectos bien hechos.

“Un correo para usted”. Nelson Muntz tenía que interrumpir la reunión para leer una queja sobre la calidad del Shaq Fu. Empezaba a sospechar. A las dos semanas, las ventas bajaron exponencialmente. Despidió a Chora-kun.

1995-1999, la mendicidad

La corbata, tan peleada con sectores pudientes, se unió a la mendicidad. A partir de 1995 pidió en la puerta de los mayores centros comerciales de la ciudad en donde vivía, rajando así del capitalismo. Chora-Kun pedía: “Un duro, por caridad”. “Medio duro”. “Un cuarto”. Pasaban de él, mientras Shaq Fu veía bajar su precio y rondaba por tiendas de segunda mano. En 1997, le vetaron la entrada a los supermercados. Sobrevivía comiendo piedras, hasta que en 1999 se entrevistó con Muerte. Abandonó la vida pues.

2000-Fin de los tiempos, el esqueleto

Mató de vicio a algunos y murió de hambre. Así suena el epitafio de Chora. Es un esqueleto permanente alejado de las vicisitudes del tiempo, durmiendo tranquilo en pleno campo.

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