Campus Party: Día Uno

Bien, tras un rato aprovechándonos de la bondad del GPS, llegamos a la Feria de Valencia. La avistamos, pero mi padre para bien lejos, por lo que tengo que echar mis pies a tierra, para dirigirme a mi objetivo. Camino encantado, estoy acostumbrado a cubrir grandes distancias. Llego a la Feria en poco tiempo, entro raudo a la Campus Party. A mi pabellón, no sin antes enseñar el portátil a unos guardias encargados de la seguridad. No mordían ni les sobresalían dos dientes, así que podemos descartar la posibilidad del peligro. Fui a mi sitio, el cual ya me lo sé de memoria.

Sin embargo, vemos a una pareja que ha invadido mi sitio. No saben nada del mensaje que dejamos pegado en el Día 0 avisando de nuestro sitio. Hablamos con ellos de buenas maneras. Por suerte, tampoco muerden. Aceptan cambiar a un sitio muy próximo. La pareja me da la URL de su blog, que lo hacen entre los dos como en el nuestro. Y a cambio les di la URL de nuestro blog. Todo distendido y amable, hasta que llegó el momento de decir adiós a la pareja. Se iban del sitio para no volver allí en todo el día. Seguí echando humo al DC. Uno tras otro, veía como caía porno, series o lo que fuera... Contaba a mis amigos en el MSN el directo de la CP, era muy emocionante. Les conté todo tipo de detalles, que fueron más o menos curioso... ¡si hasta hubo un EMO en la CP!. Por lo que veo, nunca volví a ver a este EMO. Debían de servirlo en la cena de ayer. Ya me imagino a todos los frikis comiendo un poco de EMO. Por cierto, alguien que parecía salir de la nada me dejó un mensaje en clave diciendo lo que el gobierno nos tapaba. ¿Será un viajero del tiempo?

Pero no todo era llenar discos duros de cosas más o menos útiles para la sociedad. Había un pabellón dedicado al ocio. Decían que daban regalos por la cara, pero pocos me llevé. Aunque he de esperar a otros días para poder explorarlo más a fondo... ¿No dicen que las empresas son muy tacañas? Pues ahí el tópico también se cumple. Bueno, al menos vi una Wii. Pensé en jugar (siempre me da curiosidad jugar a nuevas formas de jugar, soy alguien abierto a nuevas sensaciones), pero ya me contradecí yo
mismo cuando vi una sensación que no había tenido antes, no obstante, no me gustaba. Habían algunas azafatas (guapas, todo sea dicho). La susodicha sensación era que ellas te decían algo cuando jugaba, y yo soy de los que prefiere jugar en silencio (por esta maldita regla de tres, tampoco debería jugar en la CP frente a todo el mundo). De todas formas, me hice con dos camisetas de Linux al módico precio de veinte cucas en una tienda de ropa friki (lo más decente de esta zona, que ha empeorado con respecto al anterior año). Quizás me queden bien las camisetas para una discoteca, no se pueden negar que te dan un toque único. De hecho, me temo que gané en mi cuenta personal 20 puntos de frikismo.

Cuando abandoné la zona de ocio, pude ver a un chico en silla de ruedas. Con sólo verle, me demostró que lo de mi sordera es una nimiez si puedo sacar adelante lo que quiero. Supongo que debería aprender algo de este chico, que estaba totalmente ilusionado con ir a la Campus. Nada, ni el estado de sus piernas, le impidió. Por cierto, durante mi visita vi a varias de estas personas con minusvalías peores que la mía.Al menos estoy haciendo algo con mi minusvalía, no importa que sea sordo. Ya puedo escribir de manera decente y sólo eso me hace ilusionar y alcanzar metas más altas. Después de este discurso, seguiré con mi relato sobre la Campus. Esperen después del pitido... 3... 2... 1... ¡Piiiiii! El caso es que volví a mi pabellón esperando un curso que sin duda sería el que me haría freír el cerebro. A mi padre ya le dieron acreditación, y no era el triste marginado del día cero. El caso es que era alguien bueno protegiendo mi PC. Aunque ya empezaba a hacer algo que más tarde se confirmaría: bajarse música. Al principio era algo inofensivo, un poco de Kitaro... pero en cuanto se rasgó las vestiduras, durante mi asistencia al curso, se desquitó de la marginación a la que fue sometida el día antes y se vengó

excelentemente bajándose tanta música que me desordenó todo un disco duro nuevo. Me perdí en un mar de canciones de Kitaro... ¿quedará alguna que él no se haya bajado? -me pregunto-.

Bueno, ya tocaba preparar material para el curso. Mi agenda me dijo que era un curso sobre páginas web. Era interesante. Nada, me puse al lío y estuve atento al powerpoint del ponente de la conferencia, que era muy rápido tecleando. Sus teclas se me imprimían ante sus ojos como una aparición divina. La verdad es que dijo pocas cosas de desarrollo web que no supiera ya, pero nunca está de más repasar, para asegurarse. Y aprendí a hacer tablas, lo cual no está de más. Aparte de todo eso, el tío empezó a lanzar un ataque muy poderoso que me freiría el cerebro. Se llamaba JavaScript, pero por suerte pude aprender un poquito de él, y bajarme su documentación en Internet. Al final salí de ahí con un agotamiento mental, pero con ganas de hacer algún diseño web. La verdad, después de lo frito que estaba mi cerebro ya me costaba... Al final terminé el diseño tarde y encima con atributos CSS que no eran estándares (exclusivos de Mozilla Firefox). Dice el tío que hoy (en la fecha en que escribo este ensayo) nos lanzará un ataque mucho más potente llamado PHP+MySQL. Espero que mi cerebro haya reforzado su defensa.

Las clases acabaron. Y con eso volví a mi jornada de DC intensivo. Putada, hay pocos de quienes chupar sangre... malditas colas, se hacen eternas a menudo. Fíjate, en el día cero no pude conseguir porno. Por la mañana, nada más enchufar el PC ya lo tenía. Se acobardaron estas colitas pequeñas con mi presencia renovada. De nuevo, en mi sitio, pude presenciar el emocionante directo para contárselo de nuevo a mis amiguitos. Pude traer nuevas aventuras, como el chico que abrió una peli porno y enseñó una penetración a la vista de todo el mundo. Me hizo gracia el asunto, nada más. Saqué sangre (en forma de megabytes) a usuarios en el DC, mientras algunos chupaban de mi teta para conseguir Futurama. ¡Sí, Futurama tira mucho!. Pero a la vez tenía que hacer otras tareas, como la ya mencionada del diseño web. La multitarea me dejó totalmente frito al final.

Hablar, programar, bajar y navegar me quema. No soy Linux. La Naturaleza no me programó así, por desgracia. Merendé una mierda (en la CP siempre tengo que someterme a un régimen estricto, nunca puedo permitirme lujos como comer patatas con alioli y foie-gras). Bueh, bien que agradecerá mi tripa, que ya ha crecido un poco con tanta sesión junta de Linux. Y una mala alimentación, que por lo que puedo observar también la repito en la CP, aunque no queda más remedio. Lo que viene a continuación es mi primera experiencia con la "excelsa" gastronomía de la CP:

Yo voy a la Telepizza del Campus. Espero un poco, entonces sale una mujer que me pregunta. Le digo "barbacoa mediana". Ella acepta el encargo, y a la velocidad del rayo me dice que pague los 9 € que me pidió. Se los pago, y como es comprensible, espero ya que las pizzas no tardan un segundo en hacerse. Espero, espero. Veo ahí una fuerza de trabajo totalmente descoordinada, que cada dos por tres cambian de sitio para llevar las "supuestas pizzas" al cliente. Vi que algunos pidieron una pizza al mismo tiempo que yo y se la daban. Pero de mí se olvidaron ¿alguna fuerza conspirativa?. El caso es que pude ver ahí varias quejas y empleados que no sabían nada de mi pedido. Me preguntaron, pero mis palabras quedaron vacías. Hasta que tuve que esperar unos minuticos para que alguien se pusiera firme ante mí y me asaltara con dos preguntas de primaria: ¿Qué quiere? ¿Ya ha pagado?. Respondí lo que estaba mandado, ahora me decían que esperara un poco. El caso es que esperé, y mientras lo hacía vi miles de pizzas viajar hacia su destino y cientos de pizzas perderse para quedar en el sitio de los pedidos perdidos. Pensé: "Buf, qué estafa..." cuando un empleado me comunica que hace acto de entrega de mi pizza. Me lo dijo en la cara, como riéndose de mí, pero la verdad es que su mueca no me dejaba entrever nada. Al final la pizza cayó en mis manos y me despedí de un empleado con un tímido adiós por educación. Me acordé de la publicidad de Telepizza, que hablaban de una fuerza de trabajo joven coordinada. ¿Y qué me encuentro? La cruda realidad. Una realidad que no sale a luz en la bolsa.

Pude salir, pero se me quedó una sensación de estafa. Una estafa gigantesca. Pero bueno, como no hay que desperdiciar el dinero que me dieron, pues me como la pizza. Gran cosa no era, pero mejor que no comer sí que era. Vuelvo a mi posición estratégica, con el portátil puesto. Puedo volver a ver el DC ante mis ojos, sólo que estoy atento al chat y veo más perlas como ésta:

[22:31] VENDO A MI AMIGO TROYAN.

Vaya, ¿tráfico humano en la CP? Iba a comprarlo, pero costaba tres millones de euros. Así que no pude pagar. Y seguí bajando hasta que llegaron mis superiores. Me llevaron de la CP para probar un experimiento conmigo. Era algo alocado, pero pude ver con tristeza cómo me despedía de esa CP hasta el día de hoy.